A Assembleia Nacional de Cuba aprovou na terça-feira lei que impede a nomeação de ruas, praças e monumentos públicos com o nome de Fidel Castro, de acordo com seus desejos. A lei – aprovada por unanimidade pelos mais de 600 legisladores – também proíbe construir estátuas em sua homenagem.

Antes de sua morte em 25 de novembro, Fidel disse a seu irmão e sucessor, Raúl Castro, que não queria ser imortalizado dessa forma. Em um tributo público ao ex-líder, Raúl Castro disse: “O líder da revolução rejeitou qualquer exibição de culto de personalidade e … até suas últimas horas insistiu que uma vez morto, seu nome nunca seria usado para nomear instituições, praças, parques, avenidas, ruas ou outros locais públicos, e nenhum monumento, busto, estátua e outros tipos de tributos seriam construídos em sua memória”.

Dirigindo-se à última sessão do Congresso, Homero Acosta, secretário do Conselho de Estado de Cuba, disse que o pedido reflete a “humildade e modéstia” que caracterizou o líder. “De acordo com o espírito da vontade expressa por Fidel,” a lei também proíbe o uso de seu nome ou imagem, pensamentos ou referências de qualquer tipo como uma marca registrada ou logotipo, nome de domínio ou design para fins comerciais ou de publicidade,” disse Acosta.
No entanto, o parlamento cubano fez uma ou duas exceções, para que o nome de Fidel possa ser usado no futuro para nomear uma instituição que estuda o papel do ex-presidente na história da nação, ou centro de pesquisa que investiga seu legado.
A lei não restringe obras artísticas ou literárias inspiradas pelo lendário líder ou a publicação de milhares de imagens tiradas de Fidel ao longo de sua vida. Fotos de Castro em instituições estaduais, escolas, universidades, unidades militares e outros locais públicos podem permanecer no lugar como um sinal de tributo e respeito permanente.
“Fidel continuará sendo um ícone nas lutas do povo cubano para preservar nossa unidade, nossa independência, nossa soberania e nosso socialismo,” disse Acosta.

 

O maior monumento a sua memória não será um pedestal em uma praça

Intervenção de Yoerky Sánchez Cuéllar no fechamento do Oitavo Período Ordinario de Sessões da Assembleia Nacional do Poder Popular

27 de dezembro de 2016 

(Versões Taquigráficas – Conselho de Estado)

Querido Raúl;

Estimado presidente de la Asamblea Nacional, Esteban Lazo;

Diputadas y diputados:

       En esta misma sala, durante la clausura de un período ordinario de sesiones de nuestro Parlamento, el 27 de diciembre de 1991, hace hoy exactamente 25 años, el Comandante en Jefe expresó: “La muerte nos espera a todos de todas las formas, es una ley natural, y ojalá todos muramos de muerte natural; no queremos que se adelante ni un segundo la hora de la muerte de nadie, pero tampoco querríamos jamás que se aumente ni un segundo la vida sin honor, sin patria, sin dignidad.”

Esas tres palabras dichas un día como hoy, hace 25 años, ante los diputados al Parlamento: “honor, patria y dignidad”, simbolizan el legado de Fidel y nutren el concepto de Revolución que los cubanos reafirmamos en sentido juramento, pues el valor de la existencia encuentra su más elevado asidero en la inmortalidad de las ideas.

La Ley que se nos presenta no solo es coherente con la voluntad sagrada de nuestro histórico líder. Así actuó siempre, con una modestia infinita, convencido de que se ha de hacer el bien porque sí, naturalmente, sin tener que llamar al mundo para vernos pasar.

No por casualidad una de sus frases predilectas es aquella que proclama que “Toda la gloria del mundo cabe en un grano de maíz”.

Preciso es conocer su pensamiento para comprender por qué desde los primeros instantes del triunfo rebelde, frente a la espontánea iniciativa de algunos, prohibió que se le erigieran bustos a su figura.

Es el mismo Fidel que, con méritos sobrados para ello, nunca aceptó la condición de Héroe de la República de Cuba, y hasta cuentan que un día cuando le consultaron si uno de sus libros podía tener su foto en la portada, se negó rotundamente y en su lugar propuso publicar los trazos de un mapa guerrillero.

No hay entonces contradicción alguna entre el espíritu y la letra de esta Ley y lo que en vida el Comandante en Jefe propugnó y selló con sus propios actos.

El mayor monumento a su memoria no será un pedestal en una plaza, no será una fábrica o una escuela con su nombre. “Las grandes personalidades” —escribió Martí—, “luego que desaparecen de la vida, se van acentuando y condensando, y cuando se convoca a los escultores para alzarles estatua, se ve que no es ya esto tan preciso, porque como que se han petrificado en el aire por la virtud de su mérito, y las ve todo el mundo.” Son, al decir del Apóstol, como cimientos en que se afincan los pueblos.

Por todo ello, considero, al ratificar esta Ley, que el más grande monumento a Fidel y el más sublime homenaje a su figura será continuar la obra que él nos entregó y no fallarle jamás.

Deseo concluir con los versos que escribí en la noche del 25 de noviembre al conocer la noticia:

Prefiero pensar, Fidel,/Que sigues tu largo viaje/ Con el verde olivo traje/Como el mismo día aquel/Que con una tropa fiel/Desafiando la corriente/Impulsaste el Granma al frente.

Y al escuchar a Raúl, sé que en otro mar azul navegas eternamente.

Muchas gracias (Aplausos).